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¿Qué es el Sangrado uterino anormal?

El sangrado uterino anormal es un sangrado abundante o inusual del útero (a través de la vagina). Puede ocurrir en cualquier momento durante su ciclo mensual, incluso durante su período menstrual normal. El sangrado vaginal entre períodos es un síntoma del sangrado uterino anormal.

Tener un sangrado extremadamente abundante durante su período también se puede considerar un sangrado uterino anormal. Un sangrado muy abundante durante un período o sangrado que dura más de 7 días se llama menorragia. Por ejemplo, las mujeres pueden sangrar lo suficiente como para que sea absorbido por 1 o más tampones o toallas sanitarias por hora.

Se considera que la menstruación es normal cuando el sangrado uterino ocurre entre cada 25 y 35 días y no es excesivo. La duración normal del sangrado viene a ser de entre 2 y 7 días. La hemorragia uterina anormal se produce cuando o la frecuencia o la cantidad del sangrado uterino difiere de lo mencionado anteriormente o bien ocurren sangrados uterinos sin relación con el ciclo menstrual.

¿Qué causa el sangrado uterino anormal?

El sangrado uterino anormal puede responder a anomalías estructurales del útero o a lo que se denomina hemorragia uterina disfuncional. Entre las anomalías estructurales se encuentran lesiones benignas, como los pólipos endometriales, los fibromas o miomas uterinos y la adenomiosis. También puede ser la manifestación de un cáncer de endometrio, más frecuente en mujeres de mayor edad.

En otras ocasiones puede deberse a lesiones a nivel del cérvix o de la vagina, ya sean benignas o cancerosas, infecciones crónicas del endometrio (endometritis) o al uso de dispositivos intrauterinos (DIU). Toda mujer que experimenta una hemorragia uterina anormal debería ser evaluada en una consulta médica. Entre los procedimientos diagnósticos que deberían realizarse para determinar la causa de dicha hemorragia situaríamos en primer lugar la exploración física y la biopsia de endometrio.

El embarazo es una causa común. Pólipos o fibromas (pequeños y grandes crecimientos) en el útero también pueden causar sangrado. En raras ocasiones, un problema de tiroides, infección del cuello uterino, o cáncer del útero pueden causar sangrado uterino anormal. En la mayoría de las mujeres, un desequilibrio hormonal también podría desencadenarlo. Cuando las hormonas son el problema, los médicos llaman al problema hemorragia uterina disfuncional o HUD.

¿De qué manera lo diagnosticamos?

La biopsia de endometrio consiste en la toma de una muestra del interior del útero para descartar la presencia de alteraciones. La ecografía, una técnica basada en ultrasonidos y que por lo tanto no implica la exposición a rayos X, es sin duda la técnica de diagnóstico por imagen más empleada en la evaluación de la hemorragia uterina anormal. Permite el estudio del útero y de los ovarios.

La histeroscopia también es un procedimiento diagnóstico muy útil en el diagnóstico de la hemorragia uterina anormal. Esta técnica consiste en la introducción de un pequeño instrumento a través del cuello uterino que permite la inspección visual directa de la cavidad uterina.

En determinadas circunstancias puede ser recomendable la realización de un legrado uterino. Este se realiza bajo anestesia general, y además de aportar información diagnóstica puede, en algunas ocasiones, ser terapéutico.

Por otro lado, hay causas de hemorragia uterina anormal en relación con enfermedades crónicas o alteraciones de la coagulación, así como a la anovulación. Por ello puede ser recomendable la realización de una serie de análisis sanguíneos para descartar alteraciones en aquellos órganos que pueden inducir la aparición de dicha hemorragia anormal.

¿Cómo trata el sangrado mestrual abundante?

El tratamiento ha de individualizarse según la causa específica del sangrado uterino anormal.

En el caso de la hemorragia uterina disfuncional, debida a la anovulación, el tratamiento será fundamentalmente médico, mediante la toma de fármacos que reinstauren la ovulación o bien permitan un control de la hemorragia.

En caso de que estos tratamientos fracasen una alternativa útil es la ablación endometrial, es decir, la separación quirúrgica de la mayor parte del tejido endometrial, lo cual permitiría una disminución en la cuantía del sangrado. Este tratamiento ha de reservarse para aquellas pacientes que descarten quedarse embarazada. Se realiza por vía histeroscópica bajo anestesia general. Es importante excluir lesiones serias de endometrio, fundamentalmente cáncer de endometrio, antes de realizar este procedimiento.

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