Los miomas uterinos son tumores benignos bastante comunes que pueden provocar una serie de síntomas, incluyendo un aumento en la frecuencia urinaria. Este problema puede ser incómodo y preocupante, ya que afecta cómo y con qué frecuencia necesitas ir al baño. Entender cómo los miomas impactan tu vejiga y qué medidas tomar si experimentas cambios en tu frecuencia urinaria te ayudará a gestionar mejor tu salud. Aquí te explicamos lo que necesitas saber para estar informada y tomar decisiones acertadas para tu bienestar.
¿Qué son los miomas y dónde se ubican?
Los miomas son tumores no cancerosos muy comunes que se desarrollan en el útero. Los miomas son muy frecuentes y pueden ubicarse en diferentes posiciones del útero. Los que suelen causar problemas con la vejiga son principalmente los miomas intramurales y subserosos, los cuales se encuentran casi fuera del útero, cerca de la vejiga.
¿Cómo afectan los miomas a la vejiga?
Cuando los miomas subserosos o intramurales crecen mucho, ocupan un espacio que impide que la vejiga se distienda adecuadamente, lo que provoca un aumento en la frecuencia urinaria en las pacientes.
¿Qué deben hacer las mujeres en edad fértil que noten un aumento en la frecuencia urinaria?
Cualquier mujer en edad fértil que note un aumento en su frecuencia urinaria debe considerar la posibilidad de tener un mioma que esté ocupando espacio detrás de la vejiga. Ante esta sospecha, se recomienda consultar con un especialista en miomas y realizar una ecografía para descartar la presencia de un mioma que esté causando este síntoma.
¿Cuál es el tratamiento para los miomas y por qué son importantes las revisiones?
Una vez diagnosticado por ecografía, podemos aplicar el tratamiento adecuado. La mayoría de las veces, esto implica un tratamiento quirúrgico, como una miomectomía, para eliminar el mioma y liberar el espacio, permitiendo así una frecuencia urinaria más normal. Por ello, es fundamental dar importancia a las revisiones urinarias. Recomendamos que todas las pacientes se hagan una ecografía de rutina una vez al año con su ginecólogo. Si durante estas revisiones se detecta un mioma, podremos realizar un seguimiento más frecuente. Los miomas que generan síntomas suelen tener un tamaño considerable, de unos 5 a 6 centímetros. Sin embargo, si los encontramos antes, cuando miden 2 a 3 centímetros, podemos monitorearlos regularmente y evitar la necesidad de una cirugía.
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