Enfermedades como la endometriosis y los miomas uterinos tienen un gran impacto psicosocial en las mujeres. Son dolencias que conllevan numerosos síntomas como sangrados abundantes, dolor pélvico crónico, infertilidad… además de otros no ginecológicos como dolor al orinar o defecar, dolor de espalda, dolor abdominal o hemorragias… En definitiva, síntomas que hacen que la patología se convierta en el día a día de las pacientes.
Es muy habitual que estas enfermedades afecten a nivel psicológico, especialmente con cuadros de ansiedad y depresión. El impacto psicosocial se asocia a diferentes ámbitos: vida sexual, familiar, ocio, trabajo y calidad de vida. Lidiar con dolores crónicos a diario es poco compatible con cualquier actividad, y esto hace que afecte en el nivel emocional.
Igual que prestamos atención a los síntomas físicos, cuando hablamos de enfermedades crónicas es importante prestar también atención a los efectos que causan en la salud mental. El tratamiento psicológico podría ser un apoyo necesario para las mujeres que padecen enfermedades como miomas y la endometriosis, en donde el manejo del dolor y los mecanismos de afrontamiento deben ser los objetivos principales en el plan terapéutico.